lunes, 6 de julio de 2009

¿CON QUÉ TAPAN LOS DIRECTIVOS SUS ERRORES? SEGUNDA PARTE.

Es una variante de cargarle la culpa a los demás. En este caso además de cargar con la culpa, el o la culpable deberán cumplir el ritual catártico de asisitir a un curso de formación. Para expiar la culpa y purificarse por medio del sacrificio.
No importa que nadie le dijera a una persona qué se espera de él o ella. No importa si los plazos no quedan claros. No importa si los medios que se necesitan para atender el trabajo están o no disponibles. Sólo importa que el error de gestión de quien es responsable, se transmite hasta el currito de turno. Entonces el error se hace visible, se confunde la persona con el puesto, y .... tachaaaan alehop !!! Ya tenemos la causa del error: una persona que no está formada o que no está motivada. Y como dice la vieja receta "problema conocido es problema medio resuelto". Enviemos al pobre pecador a que se redima al templo de la formación. Por eso tantas veces los formadores escuchamos eso de "el que debería estar haciendo éste curso es mi jefe". Y quizá sea verdad.

2 comentarios:

Leoncio Moreno dijo...

Efectivamente "el que debería estar aquí es mi jefe" es un comentario bastante habitual en una acción formativa.
Un remedio a esta situación es implantar un proceso de "feedback 360º" donde de forma anónima los empleados le ponen el "espejo" al jefe.
Aunque lo "normal" debería ser una respuesta tipo "muy bien, tú también deberías participar en él" cuando el jefe te pregunta cómo ha ido el curso.
¿Quién es el primer voluntario?.

José Carlos Amo Pérez dijo...

Gracias Leoncio. Puede parecer que la alusión a la incompetencia del jefe tiene que ver con la escasa capacidad de autocrítica de ese colaborador. Pero no siempre es así. Se nota mucho cuándo la crítica al jefe es o no fundada ¿verdad?